Amigable consejo para un escritor con el corazón roto

Encontré a un joven escritor llorando sentado en el borde de una banqueta. Lloraba profusamente, como niño desconsolado. Pase por un lado de él indiferente e intenté seguir mi camino sino hubiera sido por la empatía.

-¿Qué te pasa muchacho?- pregunté.

El niño me mostró su hoja entintada.

-¡Oh, ya veo!- le dije. Tomé el escrito y alcancé a leer las primeras líneas, de ahí me fui a la última frase y pude encontrar el motivo de su llanto.

-Mañana te sentirás mejor- le decía mientras regresaba la hoja a su dueño. -No será la primera vez ni la última, pero supongo que eso ya lo sabías- Entonces hice lo que nunca hago; saque mi botella de tinto y le serví una copa.

-Esto te hará sentir bien- alargué mi brazo para extenderle el trago. -Créeme que si hubieras bebido esto antes de escribir, no estarías aquí llorando… bébelo y después ve con La insoportable levedad del ser, ahí entenderás que el amor puede venir de una sola metáfora. Y tú ya eres metáfora muchacho. Además, primero debes aprender que te espera un largo y tortuoso camino, quisiera decirte que no es tan malo, pero no estoy desperdiciando mi sagrado vino para decirte mentiras.

Primero, ¿qué culpa tienen las letras?, ¿por qué tienen que morir así?, y no te juzgo, alguna vez también hice lo mismo, se sintió tan bien, lo confieso. Más lo absurdo de esto es que estás usando la misma tinta con la que la enamoraste para después descargar tu furia contra ella, ¿lo ves?, ¿qué culpa tienen las letras?

Dos, habrá buenas personas que te dirán que era lo mejor, que tienes un futuro por delante. Incluso habrá seres decrépitos que dirán «Dios sabe porque pasan estas cosas», pero no les creas, ellos solo quieren ser buenos contigo. Esto va seguir hasta que tengas la fortuna de encontrar un alma tan cansada como la tuya. Así terminará este juego; a menos que seas Sísifo y tengas el castigo de repetir lo mismo por toda la eternidad.

Tercero, eres muy joven para ser Sísifo. Aún tienes tiempo para que escribas, todo lo que quieras escribir, y te aconsejo que compres una copa de cristal, ella será la mejor amante que puedas tener. Las botellas van y vienen, pero las copas siempre se quedan en casa.

4. Si te vas a dedicar al oficio de las letras, evita ser de esos que quieren enamorar con palabras que ni ellos saben que significan. Mucho menos las utilizan para rezongar los regaños de su madre. La gente de hoy no lee tanta poesía como antes: ¿puedes imaginarte a un youtuber con «una mirada de soslayo»?

5. Lee, el peor escritor es aquel que no lee. Pero no leas lo que las personas piensan que es literatura, de una vez te digo que Rowling y Roth no es literatura, aunque ya quisiera tener la billetera de Roth en mis bolsillos.

Sexto, lo que tengas que decir, dilo al grano y sin tanta palabrería de adorno. No eres abogado para que plasmes la cuartilla con montones de tecnicismos solo para dar volumen. Entre menos palabras uses es mejor.

Y finalmente, las letras no son Psiquiatras. Ten esto siempre presente-

Me puse de pie y mire nuevamente al muchacho que ya había dejado de llorar

-Cuídate niño, ahora tienes tanto que escribir y escribirte. Espero encontrarte de nuevo cuando regrese por mi piedra, mientras tanto tengo que seguirla empujando hasta la cima de esa montaña… por cierto, nunca intentes burlarte de los dioses o de la hija de un dios-

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